Sake para mi amigo

Mi tributo a la bebida del Sol Naciente... y a un gran amigo.




15.6% de alcohol, frios o calientes... una buena comida, una buena compañía, copitas de cerámica, motivos para celebrar: despedidas, bienvenidas, oda a la amistad, risas, llantos mezclados, parceros de la vida... Un fuerte KAMPAI y el sake dulzón bajando por la garganta. Con él se alegran las relaciones y se lavan las tumbas ceremoniosamente.

El sorbo alcohólico significa mucho para mí. En el instante que dura el trago mil imágenes, mil sensaciones, pero siempre la misma mezcla: nostalgia y alegría. Para vos amigo mío, que te vas a recorrer el mundo, a reencontrarte con tus raices, a llevar a otros tu felicidad y tu música. Allá nos veremos, parcero, el barrio entero, la Corte completa tomando un territorio lejos de casa como nuevo hogar.

Gracias infinitas y eternas, serás siempre mi amigo, siempre te admiraré y te querré. Y aunque hayan 50.000 kilómetros mal contados de agua en medio, siempre estaremos a un clic de distancia para charlar y contar las experiencias, planificar el futuro y vivir lo mejor de la vida: la amistad.

Que se tenga Europa, América, Asia y el mundo, porque nos reencontraremos y retomaremos nuestras andadas, nuestras aventuras y temblarán de dicha por ello.

A un parcero del alma... levanto mi sake y brindo por su pasado, su presente y su futuro. KAMPAI!

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